¿Qué es el carácter y por qué es tan importante?
El carácter es el conjunto de rasgos y cualidades que definen cómo actuamos ante las diferentes situaciones de la vida. Se construye día a día a través de experiencias, decisiones, y sobre todo, con el ejemplo y la orientación que los niños y adolescentes reciben en su hogar.
La formación del carácter es clave para el desarrollo integral de los hijos, ya que les permite:
• Tomar decisiones responsables.
• Ser constantes frente a los desafíos.
• Actuar con honestidad y respeto.
• Tener empatía con los demás.
• Construir relaciones sanas.
La Familia es el eje fundamental en la formación del carácter, por esto los padres, madres y cuidadores son los primeros moldeadores de éste. La forma en que enfrentan los problemas, se comunican, ponen límites y expresan afecto deja una huella profunda en los hijos.
¿Cómo practicar desde casa para lograr la formación del carácter?
1. Educar con el ejemplo:
Los hijos aprenden más de las acciones que de lo que se les dice. Si en casa se vive con respeto, diálogo y responsabilidad, ellos incorporarán esos valores en su día a día.
2. Establecer límites claros y coherentes:
Los límites enseñan a los niños a autorregularse y a comprender las consecuencias de sus actos. Deben ser firmes, pero amorosos, y mantenerse en el tiempo.
3. Fomentar la autonomía y la toma de decisiones:
Permitir que los hijos resuelvan algunos conflictos, elijan opciones y asuman tareas según su edad, fortalece su seguridad personal y el sentido de responsabilidad.
4. Reconocer el esfuerzo, no solo el resultado:
Valorar el proceso, la perseverancia y el buen comportamiento ayuda a formar un carácter resiliente que se adapta ante las necesidades de la persona.
5. Hablar sobre la gestión de emociones y valores de casa:
Conversar sobre cómo se sienten, qué decisiones toman, o qué está bien o mal en ciertas situaciones, les permite reflexionar y construir criterio moral.
A partir de la edad, cómo apoyar la formación del carácter.
En Preescolar y Primaria
• Crea rutinas estables.
• Enséñales a esperar, compartir y pedir perdón.
• Usa cuentos y juegos para hablar de valores.
• Acompáñalos con afecto, pero sin sobreprotegerlos.
En Bachillerato
• Escucha sin juzgar.
• Invítalos a reflexionar sobre las consecuencias de sus actos.
• Habla abiertamente sobre temas difíciles (amistades, decisiones, redes sociales).
• Acompaña sus decisiones, pero no las impongas, ayuda a reflexionar cuando la decisión que desea tomar su hijo, no es adecuada.
La familia influye de manera decisiva en nuestra personalidad, es el primero y más importante espacio en el que aprendemos a relacionarnos, a amar y a recibir afecto.
Claudia Bacca
Neuropsicóloga