Las realidades de nuestra irresponsabilidad ambiental nos han motivado el día 8 de septiembre 2017 para elevar una plegaria a nuestro Dios uno y trino, con la humildad aprendida de nuestra madre y señora María Inmaculada, por nuestros hermanos afectados por los desastres ambientales y por aquellos que esperaban el paso de estos agresivos vientos. Oramos por los vientos de cambio y por una nueva conciencia del mundo entero en pro de proteger y hacer mejor nuestro planeta.